Luz Longoria Gama (†), mexicana en el Concilio y co-fundadora del Centro Nacional de Comunicación Social
Luzma y Pépe, fueron presidentes latinoamericanos del Movimiento Familiar Cristiano, en la década de los sesenta, gracias a lo cual fueron convocados a participar en la cuarta sesión del Concilio Vaticano II (1964), primero como auditores (sin voz ni voto), pero pronto como peritos en el tema de la familia. Luzma, en ese entonces madre de 11, revolucionó las aulas conciliares al proponer una visión renovada de la familia (fruto de un amplio consenso entre cientos de matrimonios cristianos), desmontando siglos de estigma sobre la sexualidad y recuperando en la misma la primacía del amor por sobre la procreación. Sus aportes se verán reflejados en la Gaudium et Spes, en el capítulo sobre la familia. Consecuente con el espíritu renovador del Concilio, fundará con su esposo José Álvarez Icaza (†) el Centro Nacional de Comunicación Social (Cencos) primero al servicio de los obispos católicos, luego al servicio de los pueblos y movimientos populares, convirtiéndose en un referente importante para quienes no podían hacer escuchar su voz; codo con codo, Luzma asumirá el desafío de dicho proyecto que la llevó de la comodidad de la vida burguesa a la opción preferencial por los pobres, inaugurando (con otras organizaciones de inspiración cristiana) la primera generación de defensa civil de los derechos humanos en México. En la celebración de los 50 años del inicio del Concilio, Luzma aún pudo hacer oír su voz y la de más mujeres mexicanas, al participar en el Congreso Internacional «Las mujeres releen el concilio» (octubre 2012). Luzma retornó a la divinidad el pasado domingo 3 de marzo, donde goza nuevamente de la compañía de Pépe y seguramente intercederá por todas las mujeres para que tengan plena igualdad en la Iglesia.
El pueblo de México no olvidará la gran contribución de Luzma y Pepe para hacer realidad los derechos humanos. Se entregaron plenamente a la tarea de difundir las injusticias y luchar por su reparación. Quienes vivimos junto con ellos la formación de organismos de lucha, como el Frente Nacional Contra la Represión (FNCR), los llevaremos en nuestro corazón.
Luz María y José: Ustedes viven con nosotros.