Derribando muros y construyendo puentes: Sobre el éxodo migrante centroamericano y la 29 Caravana de Amistad de Pastores por la Paz (EUA/CA/MEX) con Cuba
En México, la migración continúa en la misma dirección, con la misma intensidad, con las mismas esperanzas… con las mismas dificultades. Mientras miles llegan por fin al borde del Río Bravo, frente al muro político, cultural e ignominioso que (no) les espera, otro mar de sueños continúa llegando a la capital del país. La solidaridad es urgente. Derribar los muros ideológicos y culturales que nos dividen es el primer paso para echar abajo los muros territoriales. Tender puentes humanitarios es la consigna.
En contrasentido (geográfico, que no ético), otra caravana parte del corazón del imperio: la Caravana de Pastores y Pastoras por la Paz (17-25 nov 2018), que desde hace 29 años visita Cuba para amistarse sin permiso con el pueblo cubano y recibir en reciprocidad el sueño de otro mundo posible, donde la justicia y la equidad son la bandera de unidad política y social. Impedidos legalmente como están, de visitar territorio cubano, las y los caravanistas estadounidenses han sorteado desde hace casi tres décadas cientos de obstáculos para llegar al corazón del pueblo más universal que existe en el continente, por ser el más solidario.
En el camino, personas de otras nacionalidades (la mexicana incluida) se han sumado a este esfuerzo que tiene por objetivo principal derribar el muro mediático y económico impuesto por el gobierno estadounidense sobre la isla desde hace casi 60 años: el bloqueo económico mediante el cual han querido (valga la redundancia) aislar a este valiente pueblo del resto del mundo, vencer su voluntad revolucionaria, incitarle al odio, la división, la dispersión; en lugar de esto, ha acontecido la dignidad invencible de un pueblo en cuyo corazón caben muchos pueblos, como lo expresa la solidaridad internacional de médicos, maestros/as, científicos/as, artistas… cubanos/as en innumerables partes del mundo.
Como resultado de un ilegal e inmoral bloqueo económico, no ha surgido sentimiento alguno de odio en el corazón del pueblo cubano ni hacia el gobierno norteamericano, ni mucho menos hacia el pueblo de aquel país, sino todo lo contrario: se ha expandido su solidaridad. Por ello, uniendo sus voces a las de todas las naciones, las 29 Caravanas de la Fundación Interreligiosa para la Organización Comunitaria (IFCO/Pastors for Peace), han migrado de norte a sur con una consigna central: el fin del bloqueo, en un momento (el de este año) especialmente significativo, pues el pasado primero de noviembre, de manera inédita, sin ninguna abstención, todos los países miembros de la ONU votaron contra el embargo económico, quedándose aislados en esta infructuosa empresa, EUA e Israel, «nación» última, creada por el propio gobierno estadounidense para ser cómplice de sus fechorías terroristas.
Además, tras décadas de resistencia al bloqueo, el pueblo cubano transita a una nueva etapa que bien podría llamarse de prosperidad económica, una muestra más de la esterilidad de toda medida inventada año con año por cada ocupante de la Casa Blanca para ahogar económica y socialmente al pueblo cubano. Con creatividad e invencible voluntad, la nación caribeña avanza a paso firme hacia la transformación económica, con fidelidad a los ideales de la Revolución, siempre viva, que hizo y sigue haciendo de ellos y ellas un gran pueblo, y de cada cubano/a, el hombre y mujer nueva que preconizó el caudillo entrañable, comandante Che Guevara.
Como un faro para las naciones, se erige cada amanecer el triunfo de la unidad social y política de Cuba, en el momento justo en que, de nueva cuenta, las sombras del fascismo se ciernen sobre el continente; en el momento justo en que como pueblo mexicano también amanecemos a una nueva transformación política con la esperanza nos abandonar las sombras de muerte y ser también luz y solidaridad para los pueblos del mundo.
Acompañando estas dos caravanas de sueños y realidades, en sentidos opuestos pero sentimientos mutuos, reparamos fuerzas en el largo camino hacia la justicia.
José Guadalupe Sánchez Suárez
Santiago de Cuba, 19 de noviembre de 2018
Santiago de Cuba, 19 de noviembre de 2018
Observatorio Eclesial