Voces religiosas ante la homofobia y la separación Iglesias -Estado
Ante la actitud desbocada de la iglesia católica y de otras iglesias evangélicas de corte conservador y fundamentalista, de jerarquías que rompen la compostura y se lanzan contra el matrimonio igualitario en una campaña abierta de desprecio y discriminación, existen organizaciones basadas en la fe y personas religiosas incluyentes con sentido profético (aunque este adjetivo también se lo arrogan los clérigos conservadores) que denuncian la homofobia, los discursos de odio, el acoso, la marginación, la exclusión y la violencia contra la comunidad LGBTTTI que llevan incluso al asesinato de personas no heterosexuales.
Por Ricardo Guillermo Gállego B.*
Alejandro Brito, de Letra S, señaló que cada mes ‘‘al menos seis gays, lesbianas, bisexuales y mujeres transgénero son asesinados’’. Los homicidios y feminicidios ‘‘son la expresión más extrema de la homofobia’’ (La Jornada, 18/05/2016). Asimismo, la organización mencionada, Letra S, recordó “que de 1995 a 2015 se reportaron mil 310 homicidios a causa de la identidad sexual o de género de la víctima”. En ese periodo, el promedio general de casos fue de 61.2. Sin embargo, señaló, de 2005 a 2015 aumentó en 71 casos. (La Jornada, 18/05/2016). Ante esta terrible realidad, sectores eclesiales progresistas han alzado su voz para, conjuntamente con otros grupos incluyentes de la sociedad, visibilizar y contrarrestar el lenguaje y las actitudes de exclusión y de incitación a la violencia de las jerarquías religiosas conservadoras.
El pasado 4 de agosto se llevó a cabo el Foro sobre religiones a favor del matrimonio igualitario organizado por el Observatorio Eclesial, Centro de Estudios Ecuménicos, Centro Nacional de Comunicación Social, Secretariado Social Mexicano, SICSAL, entre otros colectivos, para hacer patente la violación al principio de separación del Estado y las Iglesias por parte de la cúpulas clericales conservadoras, tanto católicas como evangélicas. Entre los líderes religiosos que hablaron a favor del matrimonio igualitario se contaron representantes anglicanos, católicos, evangélicos, mormones, judíos y budistas.
En el evento, que tuvo lugar en el Museo de la Memoria y Tolerancia, se leyó un pronunciamiento que entre algunos de sus párrafos señala la postura de las personas religiosas progresistas ante el lenguaje y actitud excluyente de los religiosos conservadores : “Como iglesias y personas de fe, denunciamos que estos comportamientos representan una clara violación al marco de laicidad que rige nuestro país, además de traicionar los principios éticos fundamentales de las religiones (cristianas y no cristianas) que coinciden en el amor, el respeto, la comprensión y la solidaridad entre las gentes”.
Las y los panelistas de este Foro argumentaron que al intervenir en el decreto del pasado 17 de mayo, la jerarquía de la Iglesia católica y las iglesias evangélicas violan el principio de separación del Estado y las Iglesias, contemplado en el artículo 130 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (Dulce Carpio Reyes, Notiese.org, 05/08/2016).
Como personas religiosas incluyentes, tenemos claro que las jerarquías de la Iglesia católica y de otras iglesias evangélicas no son las instancias con la que se construyen los derechos. Las asociaciones religiosas tienen un lugar en la sociedad y está garantizada constitucionalmente la laicidad, por lo que los dogmas de fe no pueden ser una imposición colectiva en el país.
Iniciativa presidencial de reforma artículo 4º constitucional
Fue un asunto sorpresivo cuando Enrique Peña Nieto anunció que enviaría al Congreso una reforma constitucional para legalizar el matrimonio gay en todo el país. «Habré de firmar una iniciativa de reforma al artículo 4° constitucional para incorporar con toda claridad el criterio de la Suprema Corte de Justicia de la Nación de reconocer como un derecho humano que las personas puedan contraer matrimonio sin discriminación», dijo Peña Nieto en un encuentro con organizaciones defensoras de los derechos de la comunidad lésbico-homosexual.
Una lectura es que haya sido una estrategia hacia fuera, pues le ayudaría a posicionarse internacionalmente a favor de su gobierno. La ONU y Obama felicitaron al Presidente. Puede ser la interpretación más plausible, aunque tanto a nivel nacional como internacional el desprestigio de Peña es irreversible, por la situación crítica a la que ha llevado al país. Independientemente del rechazo que las y los mexicanos, en su gran mayoría, experimentamos ante el ocupante de los Pinos, esta iniciativa es importante para establecer legalmente los derechos de la comunidad LGBTTTI ante el matrimonio igualitario.
Debido a que se trata de una iniciativa en el ámbito de las atribuciones del Estado, a las iglesias de cualquier denominación, como se ha dicho, no les toca tratar sobre leyes civiles. Es necesario enmarcar el tema dentro del Estado Laico, un derecho en la esfera de lo civil. Sin embargo, la Iglesia católica se expresó de esta manera en el semanario Desde la Fe: «No es posible que el Gobierno ponga como prioridad legislar sobre falsos derechos (de los homsexuales), que no se sostienen desde una base antropológica y que minan los valores sociales y familiares sobre los que tradicionalmente se ha asentado la sociedad mexicana».
A contracorriente de esta declaración, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) dice: “nadie debe sufrir consecuencias negativas en los campos educativo, laboral, familiar o social en razón de su preferencia sexual distinta de la heterosexual, por lo cual deben impulsarse de manera integral los derechos de las personas pertenecientes a las comunidades lésbico, gay, bisexuales, travestis, transexuales, transgénero e intersexuales (La Jornada, 18/05/2016).
Estado laico y no discriminación
Así como la iglesia católica exige que los gobiernos en turno no interfieran en sus asuntos internos (como la no-ordenación de mujeres y otros), ella no debe involucrarse en los asuntos públicos. No se pretende con la reforma al artículo 4º constitucional restringir el derecho a creer en los dogmas católicos o evangélicos, pero estos, a su vez, no pueden imponerse a toda la sociedad mexicana que cuenta con una gran diversidad cultural y religiosa.
Los obispos católicos y otros líderes evangélicos han tenido una clara intromisión en las leyes del país y lo que está en juego es el carácter laico de las instituciones.
El abogado constitucionalista Elisur Arteaga Nava asevera. “De cara a los tiempos modernos y las necesidades de la sociedad, pero sobre todo, en el marco del Estado laico que es México, no tendría por qué existir oposición alguna a la legalización de los matrimonios igualitarios (…) somos un estado laico, no tendría por qué tomarse en consideración principios religiosos, para no aprobar estas uniones”. El ejercicio del poder no debe fundamentarse en las creencias o ideologías de las religiones; “no puede ser un elemento que se tome en consideración, porque no debemos perder de vista nuestra laicidad”. “Con base en los artículos 40 y el 115 de la Constitución nadie puede invocar sus creencias para determinar la naturaleza de una institución pública, como es el matrimonio, de lo contrario se estaría violando el Artículo 1º de la Constitución”.
En cuanto a la no discriminación Elisur Arteaga afirma que “la reforma al Artículo 1º constitucional, que prohíbe la discriminación por motivo de raza, credo o preferencia sexual, es un elemento irrefutable para dejar de lado la vieja figura de que el matrimonio sólo debe ser para la unión de un hombre y una mujer. No entenderlo así, sería incurrir en discriminación” (Crónica.com.mx, 24/07/2016).
“La Iglesia Católica se ha puesto a la cabeza de los grupos religiosos y conservadores que se oponen a esta reforma, cuando este asunto es competencia del Estado y busca garantizar un derecho humano. No se trata de apoyar o no la iniciativa del Ejecutivo federal sino de atender constitucional y legalmente lo que socialmente ya acontece y de hacer valer un derecho individual y de un grupo minoritario” defendió el diputado Daniel Ordóñez Hernández en una intervención en la Comisión de Puntos Constitucionales en la Cámara de Diputados.
Posturas religiosas incluyentes
La reacción de la jerarquía católica, y de otras jerarquías no católicas, es desde lo moral. “Defender los valores de la familia”, dicen. Enfatizamos que nuestra denuncia como iglesias y religiosos/as incluyentes es por la utilización de un lenguaje de odio y de discriminación por parte de los sectores eclesiásticos conservadores. Evidenciamos como creyentes religiosos que sí se está ofendiendo con esta campaña homofóbica a personas con diversas preferencias sexuales, pues se les estigmatiza y se les señala como “contrarios al orden natural y divino”, “enfermos”, “aberración biológica y social”, “que sus actos son intrínsecamente desordenados”, “ejemplos de la decadencia de una sociedad sin rumbo”, “desviados”, “inmorales”, “adictos al sexo e inclinados hacia un estilo de vida promiscuo”, y descalificaciones como “pueriles y banales”, “no tienen estabilidad emocional” y que “en ellos hay más celos, resentimientos y rupturas” en el “mal llamado matrimonio igualitario” y muchos más epítetos semejantes por lo que provoca que a ciertos sectores afines a sus discursos, les den pretextos y justificaciones para marginarlos, excluirlos, y atacarlos, no sólo verbalmente, sino en su integridad física, y por ello se debe exigir que cese esa campaña discriminatoria homofóbica y se les pida perdón.
¡Y todavía se atreve a decir el cardenal Norberto Rivera y todo el alto clero católico con Hugo Valdemar como vocero de la arquidiócesis de México, con toda esta lista de insultos, que no han ofendido a los homosexuales ni deben pedirles perdón! “Si yo no he ofendido a alguien, no tengo por qué pedirlo; si lo he hecho, mi deber es hacerlo. Que pida perdón quien ha ofendido”, afirma Norberto. El semanario Desde la Fe indica que en lo referente a sus posturas frente a la comunidad gay “nunca se ha hecho de manera irrespetuosa”, por lo cual su oficina de Comunicación Social, es decir, Hugo Valdemar, con tremenda arrogancia, “no se retracta ni se disculpa con esta comunidad”.
Aquí se les puede aplicar la sentencia bíblica que dice: “¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo! (Isaías 5:20). O como en la “neolengua” orwelliana, lo “negroblanco” (blackwhite) que significa afirmar descaradamente que lo negro es blanco (contradiciendo la evidencia, que es aquello que el Partido, la Iglesia o cualquier autoridad ha prescrito).
Pareciera que la preocupación de la iglesia católica, no es totalmente desde la esfera moral y religiosa, que si es desde esta postura es también muy cuestionable, cuando no pone tanto fervor y apasionamiento para luchar contra la pederastia cometida por sus sacerdotes. Más bien parece ser una campaña de los jerarcas religiosos de volver a controlar la conciencia de la gente y posicionar nuevamente su agenda intolerante y fundamentalista en el imaginario del país.
Estas jerarquías supuestamente se basan en la “Palabra de Dios” para justificar su rechazo a las personas homosexuales. El teólogo español José María Castillo habla de “la obsesiva homofobia que con frecuencia se advierte, se nota, se palpa en no pocos ‘hombres de Iglesia’. Un hecho que llama la atención tanto más cuando sabemos que, por lo que relatan los evangelios, Jesús jamás se preocupó de este asunto. Ni hizo la más mínima alusión a él. El Evangelio no vio peligro alguno en la condición sexual de los humanos. Como es bien sabido, fue el apóstol Pablo quien rechazó con toda energía la homosexualidad (Rom 1, 26-27), que la considera, no solamente como algo ‘malo’, sino además ‘antinatural’. Pero aquí es importante saber que, en la mentalidad de Pablo, es igualmente ‘antinatural’ que los hombres se dejaran el cabello largo y las mujeres se lo cortaran (1 Cor 11, 14-15). Lo mismo en Rom 1, 26 que en 1 Cor 11, 14, Pablo utiliza el sustantivo physis, que Pablo utilizaba para expresar lo que es ‘natural’ en el sentido más genérico y amplio de esa palabra. Llegar a otras conclusiones, más o menos precisas y concretas, depende de la mentalidad de cada uno. Los textos no dan para más” (Religión Digital, 18/06/2016).
Concluimos citando el colofón del pronunciamiento leído el 4 de agosto en el Foro sobre religiones a favor del matrimonio igualitario. “Las iglesias, personas y organizaciones presentes, hacemos un llamado a los sectores religiosos conservadores a que respeten el Estado Laico, garante de nuestras libertades de conciencia, religiosa, sexual, de expresión y de cualquier otra, que permite que todo individuo pueda ejercer sin discriminación, ni presión o coacción su libertad y sus derechos humanos fundamentales.
* Formó parte de la coordinación de Iglesias por la Paz y del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad. Actualmente colabora en el Consejo Editorial del Boletín Alas que publica el Observatoro Eclesial