Laudato Si. Comentario a la encíclica del Papa Francisco desde la perspectiva de la Teología Ecofeminista
Por Marilú Rojas Salazar
Ponencia presentada en el Foro de Análisis sobre la Encíclica Laudato Si
8 de julio de 2015
- Generalidades
El documento menciona a la ecoteología como parte de la tradición y del magisterio social de la iglesia (L.S. 3,4 y 5), lo cual es muy loable, pues desde hace 50 años el futuro de la creación es una de las preocupaciones mostrada en los documentos de los Papas predecesores a Francisco. Con lo cual se nos reta a elaborar otra teología de la creación.
Se incorpora dentro del documento y como parte del magisterio a las diferentes conferencias episcopales: América Latina, Filipinas, Finlandia. Alemania, Estados Unidos, Canadá, Brasil, entre otras. Es la primera vez que se abre la concepción de lo que es el magisterio, y no sólo se avoca en el aporte del pensamiento eurocéntrico.
El autor pone en jaque al antropocentrismo y cuestiona la visión del ser humano-varón, específicamente, como centro del universo. Denuncia un antropocentrismo despótico, que es el vigente al día de hoy (L.S. 68) Ya las ecofeministas hemos propuesto una visión cosmoteohumana y no sólo antropocéntrica.[1] Pues esta visión ha dado origen a una relación de dominio por parte del hombre hacia lo que se ha comprendido tradicionalmente como el mundo ‘natural’, del cual el hombre se ha separado para colocarse en el mundo de la ‘razón’.
Defiende a la ecología de ser comprendida simplemente en los parámetros de un ‘romanticismo irracional’, de la misma forma también muchas veces se tildó al ecofeminismo de ser una línea idealista y romántica. (l. S 11)
La conversión es comprendida en el documento como una vuelta al bien común y a una solidaridad universal (L. S. 14) Todos somos responsables de la ética del cuidado, no solo las mujeres.
Es una encíclica dirigida a todas las personas, creyentes o no y se abre a un diálogo con todos (L. S. 64)
Retorno a la mística como alegría de vida.
Estructura de la encíclica
- Análisis de la crisis ecológica (ver)
- Iluminación desde la tradición judeo-cristiana (pensar)
- Las raíces de la actual crisis (pensar)
- Propuesta ecológica (actuar)
- Líneas pastorales de acción (actuar)
- Contenidos más relevantes
El documento inicia haciendo una Crítica la cultura del descarte, entendida ésta como marginación, exclusión y explotación. Se cuestiona que todavía no hay un modelo circular de producción que asegure bienes para todos y para las generaciones futuras (l.S. 22).
Aborda el problema de la migración, la afectación a los más pobres dentro del contexto de la explotación del medio ambiente. No como un fenómeno aislado, sino como fruto de una falta de un modelo circular de producción.
La problemática del agua como el conflicto del siglo y cuya consecuencia será el encarecimiento de la vida y la imposibilidad de sobrevivencia para los más pobres (L.S. 30-31) Hace una crítica a las finanzas y al consumismo como principales responsables de la devastación de la tierra ( L.S. 34) Acusa a no hacer un estudio adecuado de la biodiversidad y de los impactos a ésta.
La degradación del mundo humano y la inequidad planetaria han hecho que los excluidos se conviertan solo en agenda o tema obligatorio, pero siguen quedando en el ultimo lugar. (L. S. 49) Exhorta a escuchar el clamor de la tierra y el clamor de los pobres (Leonardo Boff).
Se plantea el problema de la inequidad como problema mundial, no sólo individual (L. S 51) Y se le llama a la deuda externa, deuda ecológica. Se llama al sistema comercial y de relaciones un sistema perverso. Se denuncia el fracaso de las cumbres mundiales sobre medio ambiente (L. S. 51-54)
El matrimonio economía y tecnología son una alianza nefasta. Ignoran la dignidad humana y la del medio ambiente. Entablan guerras disfrazadas de reivindicaciones. La encíclica denuncia el poder que no resuelve nada, y la creación de una ecología superficial.
La encíclica me recuerda a los profetas de la destrucción del A.T. que la anunciaron tanto que, no les creyeron o los callaron y lo mismo puede suceder con el anuncio de la devastación ecológica inminente. Los y las ecologistas o eco teólogos son ahora los profetas de la destrucción de la postmodernidad, incluyendo a Francisco.
Se insiste en recuperar los aportes de la teología de la creación. El humano tiene tres ejes de relación: con Dios, con el prójimo y con la tierra. En el número 67 de la encíclica Francisco se distancia claramente de un panteísmo. Y aclara que debe cambiarse la relación de dominación por relaciones de hermanad.
Hay más fundamentos bíblicos que doctrinales. Se le da carácter de sujeto a los demás criaturas, no sólo al ser humano (l.S. 82) Se incorpora y actualiza la propuesta Teilhard de Chardin Francisco entrelaza la justicia, la paz y la conservación de la creación como un todo interrelacionado.
En el documento se destaca la estética en diálogo con la teología (L. S. 103) Se hace una fuerte crítica al poder sobre o de dominación del hombre moderno (l.S 104- 105) Se plantean nuevos paradigmas y una espiritualidad de resistencia, además de alertarnos ante la incredulidad de la gente de un futuro mejor o feliz y urge a una revolución cultural. Se constata la imposibilidad e insuficiencia de la razón para dar cuenta de la realidad y del amor (L.S. 115) No solo se anuncia el fracaso de la razón, también se denuncia a quienes piensan que el cuidado de la naturaleza es de débiles.Francisco propone cambiar el antropocentrismo por un biocentrismo.
Se denuncia que el trabajo no dignifica al ser humano (L. S. 129) Inmanencia de la Trinidad en toda la creación (L.S. 239-240) Se propone una cultura del cuidado para toda la sociedad y la vivencia de una feliz sobriedad, que no pobreza (L.S 225) Y se llama a formar en la austeridad responsable en línea del cuidado de los pobres. La denuncia del documento se dirige hacia tener demasiados medios y raquíticos fines. No hay dos crisis, sino una sola , la socio-ambiental. Se critica un estilo hegemónico de vida. Se reconoce a las comunidades de los pueblos originarios como los principales interlocutores y a quienes más afecta la devastación ecológica, así como a los pobres.
Exhortación a la solidaridad internacional y a ver el mundo como un proyecto común reconociendo nuestra interdependencia.. Que los que contaminen más paguen más, no los países pobres (L. S. 170) Se invita a un debate honesto y transparente entre las políticas, la economía y las cumbres de medio ambiente para crear otras formas de crecer, (L. S. 192) y cambiar el modelo de desarrollo global (194). Se denuncia la corrupción en la política
Se exhorta a vivir una espiritualidad profética contemplativa de la ecología y se explica la conversión ecológica como un dinamismo de cambio duradero y como conversión comunitaria.
- Puntos débiles de la encíclica
Se omite completamente el tema de género, cuando son las mujeres quienes se encuentran entre los grupos más vulnerables por estar asociadas al mundo natural, y ahora que se aborda la ecojusticia, se sigue invisibilizando a la mujer en la agenda ecológica, con lo cual, se constata que la agenda ecológica entra primero como preocupación de la iglesia antes que la situación de las mujeres.
No se avanza en el tema de salud reproductiva, pues se sigue manteniendo el mismo discurso acerca del control de la natalidad, manteniendo el pensamiento tradicional. (L.S. 50)
Se mantienen todavía los estereotipos de masculinidad y femineidad tradicionales.
[1]IvonGebara, Intuiciones ecofeministas. Ensayo para repensar el conocimiento y la religión (Madrid: Trotta, 2004).
Me parece que siempre se encuentra un pelo en la sopa. Me entristece la crítica que hacen de la encíclica y que además a las mujeres las sigan sentando en la silla de la exclusión y víctima. NO puede ser, con eso no sumamos esfuerzos sino que desperdiciamos energías. Espero y que las propuestas para actuar hayan sido mejor que el inicio. Soy mujer y aporto desde mi ser de mujer al mundo sin esperar trofeos. Ya es tiempo de actuar con dignidad sin esperar a que el macho o el papa ensalce la obra. «El que se humilla será enaltecido». De los pequeños es el Reino de los cielos.
Y además, lo que el Papa nos esta manifestando con la encíclica es que, tomemos conciencia por el respeto adecuado de la naturaleza…por eso hay que aprender primero amar a Dios, para luego poder amar al prójimo y por ende la Creación…pero si seguimos amándonos de forma egoísta se hace difícil comprender la reflexión que el Papa Francisco nos quiere expresar que seguramente no dice para el bien de él, sino del mundo entero…