Francisco y las cuatro D

Luisa Guzmán

Centro de Estudios Ecuménicos

Agosto 2015, México.

Corrimos y corrimos, tres horas después teníamos que estar en Tlaxcala, pero queríamos darle un abrazo a nuestra hermana, Julieta Paredes, la encontramos en el aeropuerto de laCd. de México, sonriente como siempre, la sonrisa de la lucha, hablamos un poco de todo, nuestras vidas, nuestras familias, nuestras hermanas de lucha, las luchas de nuestros pueblos, le pedimos que nos platicara como estuvo el II Encuentro de Movimientos Populares, dos cosas nos comentó, lo primero es que nuestro documento del Movimiento de Feminismo Comunitario en Abya Yala, fue muy bien aceptado, aplaudido de pie, y adoptado como una palabra de los movimientos en Bolivia; y lo segundo que comentó fue, «nosotras no fuimos a Santa Cruz a reunirnos con el Papa Francisco», «él fue a reunirse con los Movimientos», con una gran sonrisa en el rostro recordaba: «Francisco dijo que el capitalismo es excremento», y añadió, «porque no es lo mismo que Julieta diga que el capitalismo es una mierda a que lo diga Francisco, eso es contundente»; seguimos con otras pláticas y más sonrisas, salimos a Tlaxcala.

De este encuentro con Julieta quiero resaltar 2 reflexiones:

La primera tiene que ver con el discurso del Papa Francisco en el Encuentro de Movimientos Populares en Santa Cruz, Bolivia, del cual se presentan los siguientes párrafos:

«Se está castigando a la tierra, a los pueblos y las personas de un modo casi salvaje. Y detrás de tanto dolor, tanta muerte y destrucción, se huele el tufo de eso que Basilio de Cesarea llamaba «el estiércol del diablo». La ambición desenfrenada de dinero que gobierna. Ese es el estiércol del diablo. El servicio para el bien común queda relegado. Cuando el capital se convierte en ídolo y dirige las opciones de los seres humanos, cuando la avidez por el dinero tutela todo el sistema socioeconómico, arruina la sociedad, condena al hombre, lo convierte en esclavo, destruye la fraternidad interhumana, enfrenta pueblo contra pueblo y, como vemos, incluso pone en riesgo esta nuestra casa común.»

«Pueden hacer mucho. Pueden hacer mucho. Ustedes, los más humildes, los explotados, los pobres y excluidos, pueden y hacen mucho. Me atrevo a decirles que el futuro de la humanidad está, en gran medida, en sus manos, en su capacidad de organizarse y promover alternativas creativas, en la búsqueda cotidiana de «las tres T» ¿De acuerdo? (trabajo, techo, tierra) y también, en su participación protagónica en los grandes procesos de cambio, Cambios nacionales, cambios regionales y cambios mundiales. ¡No se achiquen!»

«Los pueblos del mundo quieren ser artífices de su propio destino. Quieren transitar en paz su marcha hacia la justicia. No quieren tutelajes ni injerencias donde el más fuerte subordina al más débil. Quieren que su cultura, su idioma, sus procesos sociales y tradiciones religiosas sean respetados.»

«En ese sentido, no esperen de este Papa una receta. Ni el Papa ni la Iglesia tienen el monopolio de la interpretación de la realidad social ni la propuesta de soluciones a los problemas contemporáneos. Me atrevería a decir que no existe una receta. La historia la construyen las generaciones que se suceden en el marco de pueblos que marchan buscando su propio camino y respetando los valores que Dios puso en el corazón.»

El reconocimiento que el Pontífice hace a los pueblos es profundamente significativo, es un reconocimiento a la forma de organizarse, de caminar, de pensar el mundo, sin la intervención directa de la iglesia, ¿que ha impactado al Papa Francisco? en el fondo, me parece, que su reconocimiento va dirigido a la perseverancia y tenacidad de los pueblos, es un reconocimiento al proceso histórico de lucha de cada pueblo. Estos procesos históricos de lucha, son la continuidad de liberación del yugo colonizador, del de ahora y del de los 1400s en todo Abya Yala (América) y del cual las iglesias fueron y han sido parte importante.

Algo que urgentemente debe sortear el Sumo Pontífice, es lo relacionado con aquellos sacerdotes que evaden los dolores y necesidades de las comunidades; y aun mucho más grande es el desafío frente a aquellos que se han aliado con quienes tienen sometidos a los pueblos, recibiendo de ellos favores, regalos, etc.

La segunda tiene que ver con este mensaje del Movimiento del Feminismo Comunitario, en el II Encuentro de Movimientos Populares.

Las cuatro D” es un documento trabajado con las organizaciones sociales de Bolivia y que recibió el aplauso de pie y la adhesión sentida de los movimientos sociales internacionales presentes en el II Encuentro de Movimientos Populares realizado en Santa Cruz y que sustancialmente fue elaborado por el Movimiento del Feminismo Comunitario en Abya Yala.

“Primera D: desde los pueblos originarios, las organizaciones y los movimientos sociales organizados, de cada uno de los cuales las mujeres somos la mitad. Los procesos de liberación provienen de los pueblos organizados, pueblos que conocen su memoria, que toman la historia en sus manos y se deciden a cambiarla, para dar vida a las esperanzas y las utopías, que nos convocan a revolucionar las estructuras más profundas de la opresión, la dominación y la explotación, que algunas y algunos suelen llamar pecado.”

“Segunda D: despatriarcalización de los Estados y las sociedades. La lógica depredadora, la razón de las armas y la guerra, la acumulación de la riqueza, la explotación son principalmente —no únicamente— formas del pensamiento masculino que están presentes en quienes hoy manejan el poder político mundial, empresarial, transnacional y religioso. Es por esto que cualquier intento de acabar o incluso solo disminuir sustancialmente los males que afligen a la humanidad, necesariamente debe posicionarse, condenar y destruir el patriarcado.”

“Tercera D: descolonización de los cuerpos, las culturas, las espiritualidades y los territorios. La descolonización ubica a la memoria larga de nuestros pueblos originarios como el principio desde el cual vamos a construir, reconstruir y proyectar nuestras identidades y nuestro lugar en el mundo. Necesitamos descolonizar la espiritualidad para afirmar que no hay verdades absolutas e indiscutibles, y que los Estados laicos deben de garantizar el diálogo entre hermanas y hermanos, para encontrar la energía, la valentía y la sabiduría de luchar en favor de la humanidad y la naturaleza contra todo tipo de opresión. Es grato ver que nuestra hermana naturaleza recibe hoy la compasión y la reflexión liberadora; sin embargo, esa misma agudeza no se extiende hacia los cuerpos de las mujeres, cotidianamente violados, en el seno de familias, iglesias, partidos y movimientos sociales.”

“Cuarta D: desneoliberalización anticapitalista, de las economías, del trabajo y la producción. La explotación de la humanidad y la superexplotación de la naturaleza son la esencia del capitalismo, y esta explotación es la que ha puesto en crisis el sistema. Las medidas, entonces, no son la humanización de la explotación o un disminuir la explotación, se trata de ¡acabar con la explotación! No podemos condenar al capitalismo neoliberal sin denunciar el trabajo no pagado e invisibilizado llamado doméstico, que encubre y naturaliza la servidumbre de las mujeres bajo el engañoso concepto del “amor” familiar, cuando los beneficios y el lucro de este trabajo doméstico enriquecen a las empresas, a las transnacionales y al capitalismo, al no pagar los costos reales de la fuerza de trabajo.”

La fuerza que mueve a los pueblos, la esperanza que se define en medio de la lucha, la fe que se manifiesta en cada persona, las sonrisas, las celebraciones, las discusiones, las palabras, los pensamientos, forma parte de una espiritualidad que no tiene un nombre en particular, una doctrina, un postulado, es espiritualidad porque mueve, porque celebra, porque agradece, porque diserta, porque acompaña. Esto es lo que las iglesias, han de ver, han de respetar y han de acompañar, porque como las feministas comunitarias hemos afirmado, ninguna liberación vendrá de ninguna iglesia, la liberación viene del pueblo, de los pueblos (en los cuales las mujeres somos siempre la mitad) y el Papa Francisco lo confirma en su discurso.

Diré finalmente, los pueblos y comunidades no son «clientes, ni proveedores» de ningún mercado religioso, las espiritualidades ancestrales no están a la venta, no son moda, ni se privatizan, es inmoral pretender acaparar lo que nace del corazón de los pueblos que luchan y han luchado con fuerza y espíritu contra todas las opresiones, esto por si acaso a alguien se le estuviera ocurriendo.

Finalmente halla usted el discurso completo del Papa Francisco en esta liga:

http://movimientospopulares.org/discurso-°©‐de-°©‐papa-°©‐francisco-°©‐a-°©‐los-°©‐movimientos-°©‐populares-°©‐en-°©‐santa-°©‐cruz/

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